Reto 3. FUENTES CLARAS

La Consejería con competencias en Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, dirige desde hace veinte años, el programa “Fuentes Claras para la Sostenibilidad en municipios pequeños de Castilla y León”. Esta iniciativa surgió, con rasgos distintos, en el seno del Ayuntamiento de San Miguel del Arroyo (Valladolid), un municipio de apenas 600 habitantes. Apreciado su potencial, desde el año 2003 (ojo: 2003), la impulsó la Administración ambiental de la Comunidad Autónoma.

Se trata de un programa de educación ambiental, que tiene como base promover el desarrollo sostenible de los municipios de menos de 5.000 habitantes de Castilla y León (antes, de menos de 1.000), a través de los “Premios Autonómicos Fuentes Claras para la Sostenibilidad en municipios pequeños de Castilla y León”, que convoca anualmente la Consejería de Medio Ambiente. En el certamen se distinguen las iniciativas que, desde todos los ámbitos de la sostenibilidad, y por todo tipo de actores, se desarrollan en los municipios de la Comunidad. Se presentan candidaturas, se seleccionan, se explican las finalistas de distintas categorías y se falla un concurso. En el jurado, además de técnicos de la administración y representantes institucionales, tiene un puesto nato el/la alcalde/sa de San Miguel del Arroyo. Las ceremonias de entrega se celebran en el mismo municipio.

El listado de proyectos premiados es ya larguísimo. Se puede encontrar información sobre distintas convocatorias en este enlace:

https://medioambiente.jcyl.es/web/es/participacion-educacion-ambiental/ediciones-anteriores.html

A partir del año 2008, los proyectos galardonados sirven como hilo conductor para organizar unas jornadas formativas denominadas “ESCUELA DE ALCALDES”, donde se ofrece un programa de información, aprendizaje e intercambio de conocimientos, así como de divulgación de iniciativas de actualidad desarrolladas en el marco del desarrollo sostenible. Este programa está dirigido a los responsables de la gestión municipal, técnicos de medio ambiente y empleo, agentes de desarrollo, dinamizadores rurales, grupos de acción local, diputaciones provinciales, administración regional, así como a cualquier otra persona implicada o interesada en el desarrollo sostenible.

Me resulta significativa la referencia reciente que se hace en el programa a la Hoja de ruta de la EDS para 2030 (de la UNESCO), que establece el nuevo marco Educación para el Desarrollo Sostenible: Hacia el logro de los ODS (EDS para 2030), que fue adoptado con el objetivo de aumentar la contribución de la educación a la construcción de un mundo más justo y sostenible. De acuerdo con la UNESCO, el marco EDS para 2030, intensificará las acciones en cinco ámbitos de acción prioritarios sobre políticas, entornos educativos, desarrollo de capacidades de educadores, jóvenes y acción a nivel local, destacando aún más el papel clave de la EDS para el logro exitoso de los 17 ODS y la gran transformación individual y social requerida para abordar los desafíos urgentes de sostenibilidad.

No se podría haber dado mejor fusión…

En lo que respecta a las cuestiones planteadas en el reto:

1. Resulta claro el carácter emprendedor, en este caso hasta visionario, de la administración cuando decide apadrinar y potenciar impulsar una idea fecunda que encaja tan bien en el contexto demográfico de la Región y que vincula tantos aspectos de la Sostenibilidad con mayúsculas. La iniciativa, con veinte años de historia, ha cautivado a muchos responsables de la Consejería, que la han mantenido en sus líneas generales, ha asentado una cultura en el medio rural y ha inspirado iniciativas semejantes en otras instancias: CONAMA, etc.

2. La colaboración parte de una conjunción afortunada de circunstancias. El mérito principal reside en la constancia, pese a resultados iniciales modestos. Tras la consolidación, un continuo aggiornamento, pero sin perder en ningún momento la esencia y el protagonismo de las entidades municipales pequeñas.